martes, 24 de enero de 2012

¿Cómo China dominará al mundo?


Algunos conocidos volvieron de China impresionados. Un producto  del que Brasil fabrica un millón de unidades, China, en una sola fábrica, produce 40 millones.

La calidad es equivalente  y la velocidad de distribución impresionante. Los chinos colocan cualquier producto en el mercado en cuestión de semanas, a precios que son una fracción de los de los brasileños.  Una de las fábricas se está trasladando al interior porque los salarios de la región en que se halla instalada son demasiado altos: 100 dólares al mes. Un obrero brasileño gana 300 dólares mensuales mínimo, que sumados a los impuestos y otros beneficios equivalen a 600 dólares. Cuando los comparamos con los 100 dólares que reciben los chinos sin prácticamente ningún otro beneficio. Nos hallamos frente a una esclavitud amarilla, y alimentándola.   

¿Horas extraordinarias? En China, olvídelas. La gente allí está tan agradecida de tener un empleo que trabaja horas extras a cambio de nada. Detrás de esta "situación" está la gran trampa china. No se trata de una estrategia comercial, sino de una estrategia de "poder" para conquistar el mercado occidental. Los chinos están sacando provecho de la actitud de los "comerciantes" occidentales, que prefieren tercerizar la producción quedándose tan sólo con lo que le agrega valor: la marca.

Difícilmente podrá usted comprar en las grandes redes comerciales de los EE.UU. algún producto "made in USA". Es todo "made in China", con una marca estadounidense. Las empresas ganan riadas de dinero  comprándoles a los chinos por centavos y vendiendo luego por centenares de dólares. Sólo les interesa el lucro inmediato a cualquier precio. Aún al costo de cerrar sus fábricas  y generar una brutal desocupación. Es lo que podría llamarse "estrategia del precio".   

Mientras los occidentales tercerizan sus emprendimientos  y ganan en el corto plazo, China aprovecha ese enfoque  e instala unidades productivas de alta eficiencia para dominar en el largo plazo. Mientras las grandes potencias mercantiles se quedan con sus marcas, con el diseño, sus garras, los chinos se quedan con la producción, asistiéndolos, estimulándolos y contribuyendo al desmantelamiento de los escasos parques industriales occidentales que van quedando.

Muy pronto ya no habrá más fábricas de zapatillas deportivas o de calzados en el mundo occidental. Sólo existirán en China. De modo que en el futuro próximo veremos cómo los producto chinos aumentan sus precios produciendo un "shock manufacturero" como sucedió con el shock petrolero en los años 70. Y entonces será ya demasiado tarde. Entonces el mundo se dará cuenta de que levantar nuevas fábricas tendrá costos prohibitivos y deberá  rendirse al poderío chino. Se dará cuenta de que alimentó a un enorme dragón y se convirtió en su rehén. Un dragón que aumentará gradualmente sus precios, puesto que será quien dicte las nuevas leyes del mercado y será luego quien mande, pues tendrá el monopolio de la producción.  

Ya que será también el dueño de las fábricas, de los stocks y de los empleos y quien regulará los precios.  Nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos asistiremos a una inversión de las reglas de juego actuales, lo que producirá en las economías occidentales el impacto de una bomba atómica china. En ese momento, cuando el mundo occidental se dé cuenta, será irreversible.

Ese día, los ejecutivos occidentales mirarán tristemente las ruinas de sus antiguas fábricas, a sus técnicos jubilados jugando a las cartas en las plazas y llorarán sobre la chatarra de sus parques fabriles destruidos.  Y se acordarán entonces, con mucha nostalgia, del tiempo en que ganaban dinero comprando "fardos de mercaderías de los esclavos" y  vendiendo caras sus "marcas registradas" a sus  coterráneos. Y entonces, entristecidos, abrirán sus despensas y almorzarán sus marcas que ya estarán pasadas de moda y que por lo tanto, habrán dejado de ser poderosas, porque todas habrán sido copiadas.

REFLEXIONEN Y COMIENCEN YA A COMPRAR PRODUCTOS DE FABRICACIÓN NACIONAL, FOMENTANDO EL EMPLEO EN SU PAÍS, POR LA SUPERVIVENCIA DE SU AMIGO, DE SU VECINO Y HASTA DE USTED MISMO. Y LA DE SUS DESCENDIENTES.

Piensen además. Y... ¿su poderío bélico-militar?      

Quedaremos rehenes y a su merced, es decir, estamos hoy alimentando a la cobra que nos morderá en el futuro!

¿Qué temía Napoleón?… no era tan loco como lo pintaron los ingleses, esos mismos que hoy, con sus hijos predilectos de norte-américa, nos están llevando a la futura esclavitud asiática.

sábado, 14 de enero de 2012

Eficientes "brotes verdes"


En los próximos 20 años seguramente los problemas del momento tendrán muy poco que ver con los actuales, simplemente por el recorrido y caducidad del conocimiento, la caducidad y el progreso tecnológico y la concurrencia en el tiempo de multitud de decisiones y acciones humanas con diferentes grupos de resultados. Se necesitará pues, cambiar de sistema e integrar paulatinamente en armonía y equilibrio nuevas leyes y normas que impidan las actuales discriminatorias e ilícitas que pervierten los más elementales Derechos Humanos, que proporcionan ventajas y posición de dominio a quienes deciden y actúan con el mejor conocimiento y medios perjudicando a la inmensa mayoría.


Si por las causa que fueran en el tiempo, cuanto se disponga y acuerde perjudica a cualquiera, se debe de revertir y restituir la ventaja o desviación que se produzca en perjuicio de quien sea, pues de lo contrario supone mantener una posición de privilegio ilegítima contraria a la esencia del derecho y la justicia.

Sin duda se necesita una eficiente y equilibrada gestión económica y fiscal, que evite los efectos perniciosos que nos ha llevado a esta brutal crisis humana. El dinero solo debiera ser un instrumento de intercambio de nuestro propio tiempo agregado al de los demás en la cuantía que sea necesaria, para intercambiar nuestras necesidades según las disponibilidades del entorno sin ventajas para nadie, procurando evitar los males implícitos y perversos.

Posiblemente si se añadiera la caducidad, obligada renovación y emisión anual del dinero de acuerdo al censo de población y las necesidades esenciales básicas de consumo, vivienda, suministros y transporte de manera equilibrada y eficiente permitiría generar la plena ocupación, siempre que los beneficios generados se queden en las diferentes localizaciones del sistema productivo y consumo.

Esta nueva emisión a modo de Renta Básica se puede perfectamente entregar directamente a los ciudadanos por medio de la red de oficinas bancarias que gestionarían y administrarían por delegación como agentes fiduciarios del Estado de modo que el flujo dinerario recorra todo el circuito del sistema productivo de la oferta y la demanda sin ventajas para nadie. Habría que reagrupar y aplazar 10 años o el tiempo que sea necesario flexiblemente, la totalidad de las deudas actuales para amortizarlas con los excedentes y beneficios que le economía real genere sin sufrimientos de los ciudadanos y sin el mal aprovechamiento o infrautilización de los recursos, medios y en general de cuanto tenemos de bueno y provecho. Transitoriamente se debiera derogar el  artículo 21.1. del Tratado de Funcionamiento de la UE y similares del resto de países, que impide a los Estados financiarse en sus necesidades directamente a coste 0 de la propia emisión de su dinero que es de todos.



Así, mientras no se suprima la tiranía y dictadura del dinero y se disponga del mismo libremente como bien universal, como medio e instrumento de intercambio no habrá progreso posible ni solución a las causas de la crisis y los problemas implícitos con el sistema económico que se trata de sostener a costa del sufrimiento de millones de personas. 


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