El cifrado de Vernam es el único procedimiento de cifrado para el que se puede demostrar la seguridad incondicional en la transmisión de datos. En él la longitud de la clave es igual que la del texto y la del criptograma, pero presenta un inconveniente: requiere un dígito de clave secreta para cada dígito de texto claro, con lo que el método resulta poco factible para su aplicación generalizada y para transferir una gran cantidad de información. Se reservaba para condiciones máximas de seguridad con un mínimo de información protegible, por ejemplo el teléfono rojo Washington-Moscú en la época de la guerra fría. Ahora, un nuevo procedimiento, la criptografía de residuos permite la misma seguridad del cifrado de Vernam sin límite de información. El físico Vicent Martínez Sancho, profesor de la Universitat de València es el padre de este nuevo sistema publicado el pasado 15 de noviembre en la Oficina Europea de Patentes, organismo que le ha otorgado la mayor calificación posible, la categoría A, en novedad, actividad inventiva y aplicación industrial.
Vicent Martínez Sancho. / TANIA CASTRO
El físico valenciano Vicent Martínez Sancho ha desarrollado un sistema de criptografía novedoso y, según defiende, eficaz, con el que reta a piratas informáticos y "hackers" a intentar descifrar cualquier archivo que se haya encriptado por él.
Se trata del denominado "criptograma de residuos", patentado con la mayor calificación posible en novedad, actividad inventiva y aplicación industrial y según ha señalado su creador, es "absolutamente indescifrable".
"No lo he desarrollado como un sistema antipiratería o anti-hackers aunque les invito a que intenten descifrar cualquier cripograma", ha retado Martínez, que ha dedicado su vida a la docencia en la Facultad de Física de la Universitat de València.
Martínez ha explicado que la criptografía actual está basada en dos coordenadas: la confusión, que es "cambiar el idioma", y la difusión, que trata de "diluir la redundancia de un texto", es decir, la repetición estadística de determinados símbolos.
Teorema matemático de residuos
"Eso tiene un problema: tanto el eje de confusiones como el de las difusiones tiene un tamaño finito, lo que quiere decir que el número de claves también tiene que ser finito", ha explicado.
Además de confusión y difusión, su nuevo procedimiento incluye el eje de la transformación, lo que confiere a su sistema un sentido tridimensional y proporciona, según el físico, "infinitas posibilidades, lo que significa que cumple la condición de Shannon de secreto perfecto".
Para desarrollar este nuevo sistema de encriptación, Martínez aplicó el teorema matemático de residuos que había deducido, que todavía no ha publicado y que "nada tenía que ver con la criptografía".
"Hace tres años leí una noticia de que a una persona le habían abierto su correo electrónico y habían desvelado su intimidad; esto me preocupó y pensé que mi teorema de residuos podría aplicarse a la criptografía, que hasta ahora nunca me había interesado, para evitar cosas como ésta", ha relatado.
Se trata de un procedimiento del que, por su seguridad, está convencido de que "marcará un antes y un después", como no se cansa de repetir el físico, aunque por afirmarlo "ponga en juego" su prestigio intelectual. "A la vista está", asevera después de hacer una demostración con un portátil.
En apenas dos segundos, el sistema, que guarda celosamente en una memoria portátil pero que puede instalarse en cualquier ordenador, es capaz de encriptar el Quijote, el Bolero de Ravel, cualquier texto o fotografía o incluso historias médicas, como defiende su creador, y desencriptarlo al momento.
Además de aplicarse al campo de la informática, la telemática, la banca o cualquier tipo de negocio, el sistema podría poner fin a la piratería audiovisual y musical "si los técnicos aplicaran la criptografía de residuos" como aplican actualmente otros procedimientos, solo que éste "es más potente".
"El sistema sirve a todo aquel que le interese preservar información y que no le asalten y se la descifren; lo puede utilizar de manera muy sencilla", ha defendido Martínez.
La criptografía de residuos permite un número infinito de procedimientos para cifrar, con la misma clave, un texto claro; por ejemplo, una pequeña frase con veintinueve letras o seis palabras tiene asociada la cifra de 174, seguida de 189 ceros.
De esta manera se obtienen criptogramas de la misma longitud pero de manera que ninguno puede ser descifrado, aunque se conozca la clave exacta, si no es con el mismo sistema con el que ha sido cifrado por el usuario.
El sistema está en fase de desarrollo con el objetivo de comercializarlo a través de la empresa Crypto Res "lo antes posible" y, según ha indicado su inventor, ya hay empresas e instituciones interesadas en este nuevo procedimiento para hacer criptogramas.
Fuentes:
El País Tecnología "Máxima calificación europea a una patente valenciana antipiratas"
Mónica Collado (Efe) | Valencia
El Mundo Tecnología C.Valenciana "Un físico reta a los 'hackers'"
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